En este pequeño documento informativo queremos recopilar toda la información que un grupo de personas han ido recogiendo y recopilando
acerca del traje de gala utilizado por el hombre en Bargas en el siglo XIX (1850-1880)

CALZON

CALZÓN.

Es la pieza que cubre separadamente las piernas, ajustándose a su contorno y que en la parte superior se sujeta a la cintura. Consta de dos perneras unidas en la parte superior. Cada pernera por detrás llega de la cintura a la corva, en una sola pieza, y tiene la suficiente amplitud a nivel de la nalga para permitir los movimientos y sentarse y se va estrechando progresivamente hacia abajo. 


Las perneras destacan por ser estrechas y ceñidas, terminando en la zona posterior de la rodilla con una ligera curvatura dirigida hacia arriba que favorece la flexión de la articulación, dando mayor comodidad a la prenda. La parte inferior de las perneras se ajusta u sujeta por medio de unos cordones, denominados machos, que surgen del interior de un pequeño dobladillo. Estas cintas o machos pueden atarse con una lazada para ser anudadas. En esta zona los calzones presentan una abertura lateral y en la que se disponían a modo de adornos varios botones. En la mayoría de las fotografías de la época, se observa que los hombres dejan los botones inferiores sin abrochar, lo que permite mayor comodidad en la flexión de la rodilla. 

El tejido empleado para la confección de los calzones fue el paño en sus distintas calidades, la estameña (tejido de lana, sencillo y ordinario), el terciopelo, la pana lisas o rayada y el rusel. Se presentan en gran variedad de colores, aunque marrones, negros y tonalidades oscuras son los más usuales.

El modo de ajuste a la cintura es mediante dos piezas que constituyen la trincha y que se cierran en la zona central delantera por medio de botones, y una tercera pieza, la tapa, alzapón, ó mandilillo, que se abrocha a ambos lados de la cintura mediante botones y en uno de los botones centrales de la trincha. Todos los calzones aparecen forrados en su totalidad utilizando para ello un tejido de lienzo fino de color blanco.

La parte posterior se recoge en la trincha con cuatro o seis pequeños pliegues que le dan gran amplitud y proporciona un amplio espacio donde recoger las haldas de la camisa, consiguiendo así un gran volumen en la zona de los glúteos, signo de robustez tan valorado en la época.

Esta trincha posterior se encuentra partida por la mitad y presenta uno o dos ojetes simétricos por los que discurre una pequeña veta o trencilla, que servirá de ajuste a la cintura. 


A finales del siglo XIX el calzón comienza a sufrir transformaciones; se alargan las perneras hasta la altura del tobillo, desaparece la apertura lateral, los botones, las cintas y los machos, acomodándose a una moda internacional que pocos años después acabará con la indumentaria tradicional. Así los primeros pantalones largos se cerraban en un primer momento en la parte superior mediante el cierre alzapón, poco a poco fue adoptándose la bragueta. Durante estos años convivieron el calzón y el pantalón largo, siendo usado el primero por las personas de mayor edad por lo general y por personas más jóvenes el pantalón.

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